jueves, 11 de abril de 2013

Elder Guillermo Núñez, “Un Misionero Pionero”

Por Rodolfo Acevedo
Archivo: Páginas Locales Área Chile
Liahona, Agosto 1995

“En este momento tengo el llamamiento de presidente de Hombres Jóvenes en mi barrio y habiendo ingresado muy joven a la Iglesia me doy cuenta de la importancia de ellos”; Estas palabras cobran un especial sentido cuando son expresadas por un siervo del Señor que en su juventud aceptó el llamamiento del profeta para servir una misión.

“En ese tiempo no estaba en la mente de nadie la idea de ir a una misión, pero, vino el presidente Kimball.  Corría el mes de febrero de 1959, tuvimos una conferencia en Viña muy grande. Hubo casi cuarenta personas, esa era una asistencia muy buena.

Los jóvenes salimos a mostrarle al presidente Kimball y a su esposa Camila la costa, llegamos hasta la playa Las Salinas en una victoria (carruaje); fue muy divertido porque íbamos ocho jóvenes con ellos, lo que era un tumulto arriba de la victoria”.  Fue en esos momentos que el presidente Kimball nos preguntó quienes deseaban servir al Señor como misioneros. “Por supuesto que todos asentimos a la pregunta del Elder Kimball.  Poco después de su regreso a los Estados Unidos recibí una carta de él en la que me preguntaba si estaba dispuesto a ir a una misión.  Le contesté que sí y poco tiempo después llegaría mi llamamiento”.

En medio de estos recuerdos, la voz de nuestro hermano Guillermo Núñez se quiebra por la emoción y es que él con su aceptación se convirtió en el primer joven chileno poseedor del sacerdocio que salió a ministrar entre su gente, en un momento pionero de la Iglesia en nuestro país de Chile.  Poco antes que él dos jovencitas santiaguinas habían salido al campo misional, a saber las hermanas Ruth Peters y María Cristina Donoso con quienes se encontraría en sus asignaciones misionales de Concepción y Santiago.

De su experiencia en Concepción recuerda los bautismos que se realizaban en la laguna San Pedro: “era un entorno que se prestaba para algo de esta naturaleza, los árboles, el agua azul.  Pensaba en los tiempos del Libro de Mormón, la situación era igual, un grupo de hombres y mujeres en medio de la naturaleza realizando la sagrada ordenanza del bautismo, movidos por su fe”.

Elder Núñez y Elder Denis Roy Iler en la plaza de 
Concepción un día 5 de marzo de 1960.

De Concepción viajaría a Santiago, el mismo día del terremoto que desató una gran tragedia en la zona sur de Chile en 1960. Su nueva y última asignación le daría la oportunidad de departir con los presidentes Ezra Taft Benson y Joseph Fielding Smith; antes, en Concepción, había conocido y compartido su testimonio del evangelio con el presidente Harold B. Lee.

Viajé a Quilpué para encontrarme con hermano Núñez y con sus maravillosas experiencias de los días de su misión; su hijo Carlos quien también sirvió una misión hizo posible este encuentro, que fue como caminar hacia las raíces pioneras, hacia la fe de nuestros hermanos sencillos que pusieron los cimientos y que siguen hoy día apoyando el progreso de la Iglesia, constituyéndose de esta manera en un gran ejemplo para las nuevas generaciones.

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