Samuel Pontillo

Por Rodolfo Acevedo

Archivo: Páginas Locales Chile

Liahona, Abril 1997

“Angel Alarcón que ostentaba el título de esta categoría (mínima) cayó vencido por puntos por el aspirante Samuel Pontillo. Alarcón atacó desde el principio, pero se encontró con un rival que esquivaba admirablemente y pegaba en igual forma. En el segundo round, la pelea de contraataque desarrollada por Pontillo mostró los efectos que buscaba, pues confirmó su mejor calidad frente al rápido Alarcón. Ya en la tercera vuelta la superioridad de Pontillo quedó plenamente de manifiesto…” Así informaba en la década de 1920 la revista deportiva “Los Sports”, señalando de paso que el mismo derrotado contendor “puso la insignia del campeón” al joven Samuel, y en un gesto que le enalteció, paseó al flamante campeón en sus hombros por el ring.

Cuarenta y tres años después de ese momento de gloria en su vida deportiva, Samuel Pontillo, el antiguo luchador agregó en 1970 a sus triunfos de juventud el más grande que pudiera lograr en su vida como un hijo de Dios, esto es el de ser bautizado en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Desde ese momento inició una nueva lucha que lo llevó a conquistar grandes dones espirituales como miembro de la Iglesia, como sacerdote de la misma en el servicio del Señor y como esposo al sellar su matrimonio con su “viejita” como él llamaba cariñosamente a su querida esposa Mercedes, en el templo de Santiago un día 20 de abril de 1985.

Samuel Pontillo, el fiel secretario de su unidad “Las Achiras”, al momento de su partida nos legó un ejemplo de fe; en sus días de campeón de Chile su nombre figuró en las portadas de las revistas de la época junto a grandes héroes del deporte como Manuel Plaza, Estanislao Loayza, Luis Vicentini, Quintín Romero y Anita Lizana. Para quienes le conocimos en Puente Alto el nombre del hermano Samuel Pontillo estará siempre asociado con aquellos hombres y mujeres valientes en sus testimonios que han servido y sirven anónimamente al Señor en sus unidades y que dejan un gran legado de fe entre quienes le rodean.

El hermano Samuel Pontillo (en primer plano con lentes) 

entre sus hermanos en una conferencia de Estaca