El Patriarca Gustavo Cesar Navarrete Salas

Por Rodolfo Acevedo

Archivo: Páginas Locales Chile

Liahona, Marzo 1997

Talquino de nacimiento e hijo de Luis Navarrete y Paulina Salas. Conocí al hermano Navarrete a fines de los años sesenta como líder del Distrito visitando nuestra pequeña rama de San Antonio; se había bautizado en el mes de octubre de 1959, siendo su familia una de las familias pioneras de la rama de San Miguel. Uno de sus primeros llamamientos fue servir como consejero del misionero que presidía la naciente ramita de San Miguel que desde sus orígenes había tenido su centro de reuniones en la calle Llico y que el mismo mes de su bautismo se había cambiado a una nueva casa en la calle Ingeniero Budge.

El bautismo del hermano Navarrete se produjo en un momento clave en esos años para el progreso de la Iglesia en Chile y es que el día 26 de octubre de 1959 llegaba a nuestro país el apóstol Harold B. Lee para proceder a crear la nueva Misión Andina de la cual Chile llegaría a formar parte junto con Perú. En la conferencia realizada el día 29 de octubre de 1959 los Santos chilenos votaron sosteniendo esta nueva misión de la Iglesia.

Fueron estos acontecimientos pioneros en la historia de la Iglesia en nuestro país los que ayudaron a pulir a quien llegaría a ser una piedra preciosa dentro del liderazgo chileno de los primeros años y un patriarca en la Iglesia de Jesucristo al momento de su partida de entre nosotros en 1994.

Fue en 1975 y ya como un patriarca en la Iglesia que el hermano Navarrete viajó a la ciudad de Lago Salado siendo en esa ocasión entrevistado por Gordon Irving, historiador de la Iglesia y quien también había servido una misión en la Misión Chilena, y de esa entrevista extractamos lo siguiente con respecto a la vida de Hermano Navarrete:

“Pertenecíamos a la Iglesia Presbiteriana. Cuando yo era niño, ya en aquellos años, mis hermanas siempre fueron muy activas, y solamente recibí buenos ejemplos, consejos y enseñanzas de ellas…Después de algunos años –no recuerdo cuantos- se bautizó...el hijo de mi hermana Olga, mi sobrino Lincoln Peters…y empezó a hablarnos a todos como una familia…empezaron a bautizarse mi hermana, mi madre, y mi hijo mayor recibió las enseñanzas de su abuelita, mi madre, y se bautizó. Fue el primero de mi familia en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Gustavo Navarrete Palma…me acuerdo perfectamente que lograron llevarnos a una reunión en Ñuñoa.

Cuando entré a la Iglesia vi a un hermano…el hermano Ricardo García, dando un discurso corto, pero que me enseñó e impactó…sucedió que a mi esposa en un invierno, un día de junio, la acompañé a bautizarse. Recién comprendí la importancia de la fe y el haberse convencido de algo al ver a mi esposa sumergirse en una piscina con escarcha encima…me dio un ejemplo y me quedó dando vueltas.

Es así como nosotros nos mudamos en aquel entonces con nuestro hijo que ya se había bautizado, y Gastón, otro de mis hijos, a San Miguel. Compramos una casa allá. Recién estaba abriendo, o iban a abrir los élderes una nueva capilla y andaban buscando a nuevos miembros. Bueno, ya mi esposa era miembro y mi hijo también, con razón entonces ellos fueron a darme las charlas a mí…En la entrevista final pasó un acontecimiento muy importante, que me dio el empujón final que me faltaba. Conversando con los élderes que había enviado la misión para mi entrevista, indeciso aún a bautizarme, después de haber recibido las últimas charlas, supe en ese momento por una conversación que a uno de ellos, antes de venir a mi entrevista, se le había comunicado la muerte de su padre. Entonces me extrañé y le dije: “Elder, ¿Cómo es posible que sabiendo que su padre ha muerto haya venido a molestarse?” Él me dijo estas palabras que siempre las he repetido: “Hermano, si yo supiera que mi padre está muerto y que no lo vería más, no estaría aquí. Estaría desesperado tal vez. Habría tratado de irme al entierro para despedirlo. Pero él está latente, está vivo…pero después en aquel día en que a mí me toque partir, yo lo voy a ver y me voy a juntar con él. Así que tengo el convencimiento pleno de que no lo he perdido”.

El Élder Guillermo Núñez (Primer misionero chileno en salir a servir una misión), hermana Valle Worley, hermana Ruth Peters y Élder Carl Christensen. Concepción, octubre de 1959. La hermana Ruth Peters, sobrina del patriarca Gustavo Navarrete fue apartada un día 16 de enero de 1959 junto con la hermana Cristina Donoso como misionera de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días por el Élder Allan Austin, eran las primeras jóvenes chilenas que salían a servir en una misión. En su primera asignación la hermana Peters fue llamada a servir en Viña del Mar y la hermana Donoso en Concepción.

La anterior que me dijo me impresionó mucho. Tanto es así que vi que yo era el sordo para escuchar muchas cosas que me habían explicado y que no podía o no quería comprender, y me bauticé, de lo cual nunca me he arrepentido”.

Después de servir como consejero en la rama de San Miguel fue llamado a presidirla. Posteriormente sirvió en el Distrito de Santiago junto a líderes como Carlos Cifuentes, Ricardo García, Martín Ortiz, Jaime Villalobos, Ángel Campos, Eduardo Ayala, etc. Un hombre amante de su familia, de su esposa Carmen Luisa Palma y de sus siete hijos, proyectó ese amor también hacia sus hermanos con ternura, transparencia, humildad y alegría por servir en la obra del Señor, es así como le conocí en los primeros días de mi propia conversión a la Iglesia, sellando esta impresión de quienes le conocieron en vida el ejemplo de sus propias palabras:

“El propósito de la Iglesia es que marchemos unidos. Nos han dicho y lo he escuchado muchas veces, “No quisiéramos tener líderes que estuvieran tan alto que no los viéramos y todo el grupo mayor de Santos muy abajo y perdernos de ellos. Conviene estar todos prácticamente tomados de la mano. Esa es una cosa tan sencilla como todas las cosas del evangelio que debemos comprender”.

Gustavo Navarrete Palma, hijo del Patriarca Navarrete, 

junto a su familia. Actualmente pertenecen a la estaca Alicahue.