lunes, 3 de septiembre de 2012

El CCM de Chile celebra 30 años

Por Rodolfo Acevedo
        Lucinda R. Kemp
Archivo: Páginas Locales Chile
Liahona, Enero 2012

Simultáneamente con la celebración de los cincuenta años de la creación de la Misión Chilena de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se cumplieron treinta años del Centro de Capacitación Misional (CCM) de Chile, siendo el segundo de Sudamérica.  Llamado en un principio Centro de Entrenamiento Misional (CEM), se inauguró en Santiago el 13 de Julio de 1981, ocupando unas salas de clases que había en el patio del antiguo Colegio Deseret de la Iglesia.


Maestros del CEM en la década de los 80

Previo a la existencia del CEM de Chile, los misioneros chilenos viajaban a Sao Paulo (Brasil), para recibir sus investiduras en el templo antes de viajar a servir en sus respectivas misiones.  Papel destacado en la creación de este centro en Chile tuvieron los élderes William Grant Bangerter, Administrador Ejecutivo del Área en Chile, y el élder A. Delbert Palmer, quien había sido el primer presidente de la Misión Chilena en 1961, y que veinte años después había regresado a Chile para servir como Representante Regional.

El día 14 de enero de 1983 el entrenamiento de los nuevos misioneros se trasladó al segundo piso de las oficinas de la Iglesia en AV. Pedro de Valdivia 1423, lugar en que estuvo hasta el año 2001.  En ese año, el CCM fue relocalizado en el tercer piso del Hospedaje del Templo de Santiago, donde permanece actualmente. Dieciséis presidentes y sus esposas han presidido el CCM de Chile; más de 10.000 misioneros se han entrenado en él, unos 450 de ellos durante el año 2011.

La demografía de los misioneros que llegan al CCM ha cambiado.  La mayoría de los misioneros de los primeros grupos eran originarios de Chile, luego viajarían misioneros desde Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, y Argentina para recibir capacitación en Chile, como asimismo recibir sus investiduras en el templo de Santiago.

Quince años después, la mayoría de los misioneros que se preparaban para servir sus misiones en Chile, llegaban tanto de Chile como de Argentina, y ocasionalmente de Bolivia y Uruguay.  Hoy los misioneros que llegan al CCM provienen de diversas partes del mundo, principalmente de Sudamérica, Centroamérica, y Europa.

Durante sus tres semanas de estadía, la agenda misional en el CCM incluye, entre otras actividades, estudio individual y en compañerismo, instrucción, enseñanza demostrativa y práctica, ejercicio físico, asistencia al templo, devocionales y noches de hogar. Los misioneros rápidamente se sienten como en su casa y con la seguridad de un ambiente familiar.  Sin embargo, es un programa de aprendizaje muy intenso.  En un sentido es una mini "escuela de los profetas", cuyas metas apuntan a la preparación espiritual de los misioneros, ayudándoles también a ganar un mayor conocimiento del evangelio y a fortalecer sus testimonios.  Con un nuevo enfoque de llegar a ser maestros excelentes, el programa da a los misioneros jóvenes la autodisciplina, la madurez física, social y espiritual; y especialmente lo relacionado a encontrar, enseñar, convertir y bautizar.

Hace algunos años, el manual Predicad Mi Evangelio llegó a ser en la base para la instrucción de los misioneros, para que aprendieran "qué" enseñar.  Este año, se ha implementado un nuevo sistema, el cual se enfoca en ocho principios fundamentales descritos en Predicad Mi Evangelio, lo cual ayuda a que los misioneros sepan "cómo" enseñar.

El presidente Terry G. Kemp, quien actualmente preside el CCM, comentó: "Recibimos jóvenes en la infancia de sus misiones y durante su estadía les ayudamos a comprender que su propósito es invitar a las personas a venir a Cristo al ayudarles a recibir el evangelio restaurado mediante la fe en Jesucristo y su expiación, el arrepentimiento, el bautismo, la recepción del don del Espíritu Santo y el perseverar hasta el fin" (Predicad Mi Evangelio, Capítulo 1).  Todo lo que hacemos en el CCM se enfoca en esta meta.  Estos jóvenes, siervos del Señor, dedican 18 o 24 meses y dejan atrás a sus familias, amigos, estudios, empleos, y asuntos personales.  Ellos encuentran que los milagros suceden, tanto en sus vidas personales como en la de sus seres queridos". Esos milagros comienzan en el CCM.
      

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